Lo más probable es que hayas comenzado la jornada abriendo el correo electrónico y viendo como el número de mensajes va creciendo en proporción a tu estado de ansiedad. Precisamente ésta es una de las tareas más absurdas y que más tiempo te va a consumir hoy. Si no quieres empezar el curso tomando malas decisiones que, lejos de hacerte productivo, sólo te generan tensión, apunta algunos buenos consejos:
1. Comienza la mañana centrándote en planificar tareas y asignar recursos a la misma. Puede ser una simple lista, puedes utilizar herramientas como la matriz de Eisenhower que te ayudarán a realizar un cribado entre lo urgente y lo importante. Planificando lo que hay que hacer inmediatamente, lo que hay que programar para realizar durante la semana y lo que puede esperar para la semana siguiente notarás como eres tú quien controla la situación y no al revés.
2. Haz las llamadas o resuelve aquello que menos te guste cuanto antes. Así lograrás eliminar la carga de ansiedad que se va acumulando a lo largo de la jornada pensando en las tareas menos agradables o conflictivas.

4. No intentes hacerlo todo el primer día. Obviamente, es difícil cuando hay un superior que exige pero -si planificas bien- puedes justificar porque estás haciendo unas tareas y no otras en este momento.
5. Si a media mañana has logrado realizar todo lo urgente, céntrate ahora en examinar si has pospuesto alguna tarea calificándola de no urgente cuando en realidad lo que estás haciendo es aplazándola -la famosa procrastinación-. Si es así, pasa al punto 2 y hazlo!!
