Comenzamos nuevo año y unas ganas tremendas de fijarnos objetivos.

Parece casi imposible encontrar tiempo, nuestra forma de vida se parece cada día más a la del hámster que corre en su rueda o a la del galgo persiguiendo una liebre inanimada. No tenemos tiempo ni de preguntarnos ¿hacia donde voy? ¿son estos objetivos los que realmente quiero conseguir? Parece que encontrar tiempo es una tarea imposible...
¿Qué podemos hacer para tener "más tiempo"?
Hemos de partir de una base indiscutible: el día tiene 24 horas y al menos 7 de ellas deberíamos pasarlas durmiendo.
Puesto que el tiempo no se puede estirar, parece que la solución está en emplear mejor el tiempo de trabajo para dedicarle menos horas y "robarle" algunas para el tiempo familiar y personal.
Yo tengo impresas y colgadas en mi tablón de recordatorios las 3 leyes de Parkinson:
1 "El trabajo se expande hasta llenar el tiempo de que se dispone para su realización".
2 "Los gastos aumentan hasta cubrir todos los ingresos".
3 "El tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda es inversamente proporcional a su importancia"

De la segunda ley no se que más se puede decir, aún estamos inmersos en los gastos de Navidad y todos sabemos lo duro que es el mes de enero.
Y la tercera ley debería escribirse en la portada de todas las agendas ¿Cómo es posible que logremos resolver situaciones complejas en poco tiempo pero esa llamada tonta que no tiene importancia nos tenga preocupados y nos lleve más tiempo del necesario?
Una de las herramientas que más me ha aportado profesionalmente es una hoja de registro de actividad: tan sencilla como una libreta, una hoja de excel o cualquier otro soporte donde podamos apuntar qué hacemos y cuánto tiempo dedicamos a cada actividad.
Con esta herramienta conseguimos dos objetivos fundamentales:
1. Descubrimos cómo y cuánto tiempo perdemos en tareas absurdas, basadas en un falso concepto de perfeccionismo que nadie nos pide y nadie necesita, en divagaciones buscando información que no necesitamos (vale la pena echar una ojeada al historial del ordenador, es un chivato que nunca falla) o paseando por las redes sociales sin rumbo fijo
2. Nos forzamos a nosotros mismos a ser más productivos, contabilizando las horas que utilizamos podemos fijarnos nuevas metas. Pronto descubrimos que es más fácil de lo que pensábamos batir nuestras propias marcas.
Y ahora que somos más productivos ¿Qué hacemos con ese tiempo?
Este momento es muy peligroso, cuando hemos logrado "ahorrar" tiempo, tenemos la tentación de volverlo a invertir en el trabajo y pronto volveremos a los viejos hábitos. Lo maravilloso del tiempo ahorrado es que se puede gastar de inmediato, no es como el dinero que puede almacenarse indefinidamente. Por tanto, si hemos logrado salir de la oficina media hora antes, hay que aprovechar de inmediato para hacer algo gratificante: hacer deporte, cocinar relajadamente, dar un paseo, leer un libro...
Y finalmente, la constancia...
Si hemos conseguido ser un poco más eficaces y lograr resultados similares en menos tiempo ¡¡enhorabuena!! el siguiente paso es no despistarse, se deben mantener los mismos hábitos aunque las tentaciones para "dejarse llevar" nos quieran llevar a su terreno. Como todo lo que vale la pena, cuesta, pero los resultados son maravillosos ¡¡Ánimo!!