Aunque el ejemplo más claro lo tenemos en España, donde hace años "Casa del Libro" comenzó como tienda online para luego abrir tiendas físicas, a muchos nos sorprendió la noticia sobre la apertura de librerías de Amazon.

Seguramente, no fue más que una experiencia piloto que salió bien y ahora las grandes marcas (Amazon incluída) apuestan por la apertura de tiendas físicas.
El comercio en Internet logró superar su primer obstáculo hace muchos años: la desconfianza de los consumidores en cuanto a la certidumbre en la entrega o al tratamiento que harían de sus datos de pago.
Superado este escollo, el ecommerce sigue teniendo una debilidad: los clientes no pueden tocar, oler, probar... sus productos y es esta flaqueza la que están resolviendo por medio de la apertura de tiendas físicas.
En Estados Unidos -y vale la pena tenerlo en cuenta, porque siempre marcan tendencias- las grandes compañías de comercio electrónico están abriendo tiendas, muchas de ellas en momentos puntuales y para campañas concretas, son las "pop up" o tiendas efímeras de las que ya hablamos en otra ocasión. Pero ahora han dejado la provisionalidad y se han lanzado a la creación de tiendas físicas de forma permanente.
Resulta curioso que, ahora que los centros comerciales están viviendo la mayor crisis de su historia, las grandes cadenas se lancen al mundo del ecommerce y al mismo tiempo apuesten por un modelo de tienda ubicada en centros urbanos.
¿Por qué, a pesar de la comodidad del ecommerce, los clientes siguen queriendo "ir de tiendas"?
