Constantemente, nos preguntamos qué habilidades o características debería poseer una persona que tuviera que dirigir equipos
Parece haber un acuerdo claro acerca de sus habilidades: debe ser una persona decidida, lider, creativa, motivadora, con capacidad de organización y empatía, con habilidades sociales y facilidad para comunicarse, flexible, estratega...
Sin embargo, en ocasiones no pensamos en lo más importante: Qué le gusten las personas. Claro, parece una obviedad pero si observamos las actitudes y comportamientos de algunos directivos, nos damos cuenta de que, obviamente, no deben gustarle las personas.
Un buen líder debe saber empoderar al equipo, poniendo a su disposición herramientas que consigan los objetivos empresariales pero sin ejercer un control excesivo, ese control sólo genera desconexión por parte del equipo y un "laissez faire" que desmotiva y negativiza la productividad y el crecimiento.
Un buen lider debe generar confianza y esta solo se sostiene sobre tres patas fundamentales: sinceridad, competencia y credibilidad.

👉Un buen líder busca la excelencia ¿es esto buscar la perfección? Probablemente no, porque la perfección no existe, buscar la excelencia es cuestionarse constantemente si los procesos que estamos llevando a cabo son los mejores.
👉 Y desde luego, la sinceridad, es uno de los valores que, cuando emanan desde la dirección, más contribuye a crear y mantener equipos cohesionados, eficientes y productivos.
Crecer, formarse, reflexionar, escuchar, observar... no dar nada por supuesto y mantener una actitud abierta y flexible, quizás, sean las claves para ser un buen líder, aunque sea de nosotros mismos.